
Varios expertos han abordado en Bilbao las cuestiones éticas y regulatorias asociadas al avance de la Inteligencia Artificial y su impacto en organizaciones y empresas. El encuentro ha servido también para conocer el ecosistema de IA en Euskadi.
La Asociación de Directivos y Profesionales de Euskadi, ADYPE, ha celebrado esta mañana en Bilbao un desayuno-coloquio con la participación de varios expertos han analizado las implicaciones éticas y regulatorias en el desarrollo de la Inteligencia Artificial y su impacto en las organizaciones y empresas.
La primera intervención ha corrido a cargo de Enrique Goñi, presidente de la Fundación Hermes, quien ha abordado las cuestiones éticas asociadas al desarrollo de una IA que “parece dominada por Estados Unidos y China”, pero donde “Europa tiene talento, instituciones sólidas y una tradición de liderazgo ético que debe convertir en ventaja competitiva”. En este sentido, ha defendido “una tecnología al servicio de las personas”, y ha afirmado que “una regulación inteligente no limita la innovación, la impulsa, genera confianza y abre mercados sostenibles”.
Respecto al desarrollo tecnológico ético, Goñi ha asegurado que “no es una utopía, es una oportunidad económica y social. Aumenta la productividad, genera empleo de calidad y refuerza la confianza en nuestras instituciones”. Así, ha explicado que desde la Fundación Hermes “trabajamos para que España y Europa impulsen tecnologías tan competitivas como éticas, y para ello necesitamos que el tejido empresarial asuma la ética como la palanca —no el freno— de su competitividad”.
Regulación de la IA
A continuación, Manel Carpio, socio responsable de riesgos y cumplimiento en IA en Deloitte, ha hecho referencia a las cuestiones regulatorias, recordando que el Reglamento Europeo de Inteligencia Artificial “está en vigor desde hace más de un año y la fecha más relevante para el cumplimiento es agosto de 2026, muy pronto”. Incluso “alguna fecha, como el límite para eliminar sistemas prohibidos, ha expirado ya”, ha añadido.
No obstante, Carpio ha llamado a la calma, ya que “va a ser muy baja la potencial creación de sistemas prohibidos, por lo que a efectos prácticos casi todos los sistemas de IA que nos planteemos desarrollar estarán permitidos”. Eso sí, “hay trabajo por hacer para que sea en cumplimiento con la regulación”.
En cualquier caso, el experto de Deloitte sí considera necesario “prestar especial atención a los sistemas de IA denominados de alto riesgo, porque concentran la mayoría de los requisitos regulatorios”. Es el caso, por ejemplo, de “aquellos que se relacionan con los recursos humanos de las empresas, como podría ser un sistema de cribado de curriculums”.
Competitividad empresarial
Posteriormente ha sido el turno de Joseba Bilbao, director de Desarrollo Corporativo de LKS Next, quien se ha encargado de analizar las implicaciones del uso de la inteligencia artificial en empresas y organizaciones, y el “gran reto que supone seguir siendo competitivos gracias al ecosistema de IA”.
Respecto a una de las cuestiones que, al menos socialmente, parecen generar más preocupación, como es el impacto de estas nuevas tecnologías en el empleo, Bilbao se ha preguntado: “¿cuál será el rol de nuestros profesionales cuando la IA sea una commodity?”.
Ecosistema vasco de IA
Para concluir, Arrate Jaureguibeitia, directora de Estrategia del Basque Artificial Intelligence Center (BAIC), ha analizado el ecosistema de Inteligencia Artificial en Euskadi, que en su opinión “es hoy una realidad robusta y colaborativa que une a empresas, centros tecnológicos, universidades y administraciones con un objetivo común: aplicar la IA para transformar la industria con criterios de competitividad, sostenibilidad y ética”.
Jaureguibeitia ha hecho también una exposición del BAIC, cuyo objetivo es “impulsar una IA que genere valor estratégico en las organizaciones vascas, siempre desde el compromiso con la legalidad, la transparencia y el respeto a los principios éticos que demanda la sociedad actual”.
En su opinión, “apostar por la IA no es solo una decisión tecnológica, es una decisión estratégica. Para avanzar como país, necesitamos organizaciones que integren estas herramientas de forma responsable y alineada con los valores que compartimos como sociedad”.